Tras varios días de ausencia, Jorge está nuevamente en casa, hasta último minuto todo fue un misterio: los clínicos decían "se va"; los hepatólogos, "se queda", unos lo emocionaban otros lo pinchaban, mientras yo contenía su angustia preparando su cabeza que ya está demasiado volada. En el tire y afloje, nosotros quedamos de rehenes, finalmente la noticia llegó y a levantar los bártulos que habíamos acumulado. Pese a mis intentos porque se quedara un par de días más, la decisión no estaba en mis manos... debemos volver el jueves, para realizar estudios complementarios y hacer controles, me lo traje, a regañadientes ¿si ya estábamos ahí, por qué no se los hicieron de una buena vez? que me expliquen por qué si está inactivo en lista (cosa que sólo pasa cuando las cosas no están del todo bien, fundamentalente cuando hay infección) ¿por qué mierda lo dejaron ir? Si, si, ya sé que mañana es feriado, mañana nadie quiere trabajar pero acá los que estamos jugados somos nosotros.
A los pedos el jueves deberé llevar a mi marido -otra vez- al hospital, y a los pedos salir para llegar a tiempo a la obra social y sacar las 2000 órdenes para los estudios que quedaron pendientes, a los pedos con el bonito mío dando vueltas de lugar en lugar, de taxi en taxi, porque para poder cumplir con todo no quedará un momento para poder llevarlo a casa, -"cualquier cosa lo traes a la guardia"- me dijeron y en esa cualquier cosa median de 30 a 40 minutos de traslado... En fin, supongo que habrán hecho lo correcto, después de todo quien tiene que partirse y cubrir cada uno de los costados (que a veces parecen infinitos) no es su paciente; hace tiempo, quien se ocupa de nuestro expediente en la obra social me dijo: "Pon atención porque te vas a despersonalizar, vos no vas a existir y necesitas tener mucha base para no caerte cuando todo ésto acabe", agradecí sus palabras y conforme pasan los meses las voy entendiendo más y más, tengo muy presente que yo no soy la que importo, quien se está pulseando con la muerte no soy yo, quien pone el cuerpo en la camilla tampoco, pero sucede que este paciente necesita un acompañante y en toda la extensión territorial argentina (que es grande) no hay nadie -¡nadie!- más que esta re-boluda que hoy ha vuelto a perder los estribos.
¿La buena noticia? Jorge está en casa.
Lu*
hoy leí y pensé en vos: "el adicto de la literatura no busca la literatura para que le salve la vida, sino para superar ese día difícil que está viviendo. Y los días son siempre duros. La vida es dura cuando se escribe porque escribir es muy difícil. La cuestión consiste en encontrar la esperanza que permita superar ese día entre tantas dificultades, incluso en alegrarse y ser feliz si el libro o la página que se transportan a un nuevo universo son buenos" Pamuk
ResponderEliminarya lo decía Frida: "árbol de la esperanza mantente firme"
Paz
Gracias nena!!!
ResponderEliminarMe hiciste llorar mi Pachu!
Gracias!