Y me bajo por un día... Uno sólo, no pido más... Uno en que mis manos descubran su inutilidad y mi cabeza entienda que sólo sirve para sostener mis pelos. Un día sin necesidades qué satisfacer, sin la llamada lacónica (no por ello menos insitente); un día para no levantar las persianas, para dormir y dormir sin hacer caso a las alarmas... Un día sólo para mí. Por favor paren el mundo! que es intensa su vorágine.
Lu*
No hay comentarios:
Publicar un comentario