Todos esperamos algo... esperamos el tren, esperamos haciendo fila, sentados o de pie, mi hermano espera un bebé, mi madre espera a su primer nieto, mientras otros esperan concebir; esperamos que aparezcan las canas o borrar milagosamente las arrugas, esperan un título, la entrega de su auto, construir o comprar su casa, que el nene diga su primera palabra, que la nena presente a su primer novio. Y hay tantos otros esperan el amor, y otros, tan sólo a que salga el sol.
Todos sabemos esperar... algunos lo hacen con sonrisas y otros con muecas sin disimular, pero todos comparten la misma ansiedad, ansiedad que se nutre de la incógnita y se reviste de todo aquello que será; los hay más impacientes y lo que por fuerza aprendimos a pulsear sin comernos el reloj. Todas las esperas desesperan; los que esperan la muerte, finalmente mueren, y los que esperan vivir, abren los ojos y esperan lo que viene (¡lo que sea!), pues se juegan, en esta espera, la promesa de seguir aquí.
Lu*
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