29 ene 2012

Cierro los ojos...

Y apriento los dientes. Y si se va todo a la mierda ¡Que se vaya! Con aprobación médica, mi trabajo ha terminado.

Lu*

Curando heridas...


El miércoles mi marido cumple 6 meses de su segunda oportunidad en la vida, reflexiones van y reflexiones vienen, conductas (a veces incomprensibles) tan entrañables, promesas que no se cumplen y pactos que se renuevan. Todo bien, mi cabeza y corazón dan para entender y apechugar todo y de todo, sin embargo, tras 6 meses de la saga y habiendo resultado vencedor, doy un paso al costado luego de año y medio de ser sostén y puntal. Me toca a mí. Hoy suelto la mano que prometí llevar a buen puerto, lo cumplí y con creces... ahora le toca remar a él que para eso es hombre.

Lu*

5 ene 2012

Queridos Reyes Magos...


Este año me he portado MUY bien, salvo algunas crisis de locura, he sido buena esposa (excelente!!!), buena nana, buena madre, buena enfermera, psicóloga, ecónoma y encantadora de serpientes... Además, buena hija, tía, hermana y amiga. Por todo ello es que me merezco sendos regalos (3, porque ustedes son 3!): 
  1. Recibir el alta el viernes 13 y poder volver a mi lugar en el mundo;
  2. Una casa con jardín, donde Jorge y yo podamos ver concretarse nuestros proyectos;
  3. Recuperar mi vida laboral sin tener que partir desde cero.
No necesito nada más, el resto puedo proporcionármelo yo misma con mis manos y esfuerzo...

P.D. no colgué el calcetín pero dejaré mi carta en el zapato. Gracias por mi sobrino y por mi compañero de ruta, y las risas y los llantos y los amigos y mis viejos y la militancia y los libros y los sueños.

Atte, yo.


Adiós y gracias 2011...


Al Hospital Italiano de Buenos Aires, a su extraordinario equipo médico, enfermeras, administrativos, limpieza, a todos y cada uno de ellos... A PAMI que con cada receta y autorización supera ampliamente el mediático 82%, muy especialmente al personal de Piedras 174, amigos ya; al Estado Nacional que tejió una red para quienes nos caímos del sistema; al extraordinario Ser Humano que donó sus órganos e hizo posible la llegada del milagroso hígado, mi amor a su familia que pasó a formar parte de la mía; al INCUCAI por su rigurosa trasparencia; a todos aquellos que acompañaron, sostuvieron, escucharon, rezaron, alentaron. El 2011 me presentó la prueba más dura de mi vida y también la más inmensa alegría, en nombre de quien elegí como compañero de viaje: Gracias gente divina, de corazón...


Lu*