Al Hospital Italiano de Buenos Aires, a su extraordinario equipo médico, enfermeras, administrativos, limpieza, a todos y cada uno de ellos... A PAMI que con cada receta y autorización supera ampliamente el mediático 82%, muy especialmente al personal de Piedras 174, amigos ya; al Estado Nacional que tejió una red para quienes nos caímos del sistema; al extraordinario Ser Humano que donó sus órganos e hizo posible la llegada del milagroso hígado, mi amor a su familia que pasó a formar parte de la mía; al INCUCAI por su rigurosa trasparencia; a todos aquellos que acompañaron, sostuvieron, escucharon, rezaron, alentaron. El 2011 me presentó la prueba más dura de mi vida y también la más inmensa alegría, en nombre de quien elegí como compañero de viaje: Gracias gente divina, de corazón...
Lu*